La hotelería es una actividad intensiva en mano de obra, ¿Por qué no hacerla intensiva en creatividad? A mayor número de personas integrando la fuerza laboral, mayor la oportunidad de crear mejores condiciones para la empresa. Sin embargo, existen creencias que nos ciegan al punto de no considerar prioritario aprovechar la inteligencia de nuestra gente.
Revisemos algunas creencias que bloquean la capacidad creativa de nuestros colaboradores.
Confundir una buena idea con una “ocurrencia”. Las ocurrencias de nuestros colaboradores usualmente tienden a buscar formas de facilitar su trabajo. Si además de facilitarlo, la ocurrencia hace que el trabajo se haga mejor, más rápido, y más barato: ¡Bienvenida la ocurrencia! Pero ¿Cuándo hemos hecho una reunión con el departamento de División Cuartos para discutir la idea de un mozo de áreas públicas?
Podríamos llegar a creer que la creatividad es producto de la propuesta de una sola persona, pero en realidad, la creatividad es una actividad colaborativa, ya que se complementa con la visión de todas las partes involucradas.
No reconocer el resultado de un proceso creativo dentro del hotel como producto del trabajo en equipo suele traer descontento de la persona que aportó ideas y no se le reconoció el mérito. Esa persona difícilmente volverá a aportar alguna nueva idea.
Otro error grave es creer que nuestros colaboradores de menores recursos, económicos o educativos, carecen de capacidad intelectual digna de ser tomada en cuenta. Esa es una discriminación inaceptable. ¡Arrogancia supina!
Creer que las ideas creativas tienen que ser originales es un error en el que podemos caer fácilmente. La adaptación de una idea puesta en marcha en el pasado o en otro hotel, puede ser una propuesta creativa. ¿Nuestros problemas son cien por ciento originales y nunca alguien los había tenido? Cada problema puede tener sus peculiaridades, pero una solución que funcionó para un problema similar puede adaptarse, si se es creativo.
Muchas veces, personal que no es experto en el área puede darnos soluciones creativas. No deseche la posibilidad de que un problema sea analizado por personas que no son expertas en el tema. Probablemente colaboradores de otras áreas del hotel le ofrecerán ideas más creativas que si contrata a un experto externo.
Crear un ambiente de creatividad no necesariamente tiene que ver con crear una convivencia de personas simpáticas y divertidas que se llevan entre ellas “bien bonito”; al contrario, lo que debemos fomentar es la asertividad. Muchas personas creen que ser asertivo es ser acertado ¡Craso error! Ser asertivo es la capacidad de defender una idea propia con firmeza, pero sin ofender ni agredir a la otra persona. Cuando dos personas asertivas discuten, una de ellas no es acertada, o es menos acertada que la otra; sin embargo, cuando estas discusiones (¡sabrosas!) se dan, el producto de ambas ideas suele ser superior a la idea original de sólo una de ellas.
Creer que los grandes hoteles con finanzas solventes son los únicos que pueden implementar ideas creativas es otra creencia castrante, en realidad una fuente de creatividad es la falta de recursos materiales o económicos. Durante la pandemia no nos cansamos de repetir que la necesidad es la madre de la creatividad. Al contrario de lo que se puede creer, a veces se tienen tantas restricciones derivadas de la implantación de estándares y normas directivas en los “hotelotes”, que se deja poco margen al desarrollo creativo de los colaboradores.
La creatividad es inherente a la naturaleza humana, un individuo tendrá mayor permanencia en su trabajo si es escuchado, es tomado en cuenta y es reconocida su capacidad intelectual.
Es por eso que conviene quitarle el freno a la creatividad de sus colaboradores.