¿Cuántas veces hemos escuchado que “vivimos tiempos sin precedentes”?
Y lo hemos escuchado tantas veces que muchos nos sentimos derribados. ¿Cómo reaccionar ante una situación que mantiene a gran parte de nuestra industria en la lona y a punto del “knock out”?
Antes de “aventar la toalla” necesitamos un buen balde de agua fría para reaccionar (un par de “cachetadas guajoloteras” podrían servir, pero no al luchador en la lona).
Si amamos nuestra industria lo haremos con pasión, con pasión iremos de gane. Pero la pasión es sólo el impulso emocional para arrancar. Necesitamos más que muchas ganas para salir adelante; si no, la gasolina nos va a durar poco.
Si queremos salir de esta crisis tenemos que enfrentarnos a una encrucijada de dos vías y caminar ambas rutas con sabiduría.
Por un lado, tenemos el camino que nos obligará a echar mano de todo lo que hemos aprendido, nuestros conocimientos técnicos y nuestra experiencia. Sin embargo, tenemos miedo a fallar.
Y por otro lado, el mágico camino de la intuición. Debemos andarlo cuestionando todo lo que sabemos, cuestionando la forma en que hacemos las cosas. Si de cambiar o hacer diferente lo que hacemos depende salir adelante, entonces debemos actuar haciendo lo que nunca habíamos hecho. Responder a una situación sin precedentes de una manera sin precedentes. Y eso nos puede dar pavor, pavor a lo desconocido.
No sabemos si lo que siempre hemos hecho vaya a funcionar; pero tampoco sabemos si cambiar la receta dará el resultado que esperamos, por lo tanto, mi recomendación es probar.
Es importante no caer en la tentación de pensar en que lo único que podemos hacer diferente tiene que ver con tecnología. Créanme, en esta ocasión no estoy hablando de eso, sino de lo que podemos hacer diferente en el día a día en cada uno de nuestros hoteles.
Fui pupilo de un extraordinario Gerente General, el Sr. José Luis Campos, que nos dejó hacer todas las locuras que quisimos en el hotel en el que trabajamos juntos y su lema siempre fue “lo peor que puede pasar es que no funcione”.
Ser disruptivos o no, poner en práctica lo que sabemos y que nos ha funcionado toda la vida o no, caminar por ambos caminos, probar, fallar, caerse, levantarse, triunfar, no detenerse. No tengamos miedo, lo peor que puede pasar es que no funcione. No estamos noqueados.
¡Manos a la obra!