Desde antes de la Pandemia definíamos nuestros tiempos como volátiles, inciertos, complejos y ambiguos; y con el coronavirus se hicieron además confusos, profusos y difusos. En medio de la confusión surgen voces de vaticinadores que nos colocan ante escenarios totalmente contrarios, desde la trágica “destrucción del 50% de la hotelería de negocios y convenciones”, hasta el ofensivo “nos cayó como anillo al dedo…”.
Nos hemos creado la ilusión de que, con la distribución de la vacuna, la situación precaria de la mayoría de los hoteles en México será resuelta; desearíamos estar de acuerdo, pero ese no necesariamente es el factor determinante para la recuperación de la demanda hotelera. Antes de la Pandemia había mercados en México sufriendo una situación muy difícil, ya fuera por la sobre oferta, por la inseguridad, o inclusive, por la disminución de la actividad de sus principales generadores de demanda (¿les suena algo así en el Bajío o en Puebla?).
¿Quién tendrá entonces las mejores oportunidades cuando en México se haya logrado la inmunidad en contra del Covid-19?
Interpretando a los expertos:
Hoteles en ciudades con excepcional dinamismo económico, o que hayan tenido un equilibrio entre su oferta y su demanda antes de la Pandemia. Claramente: Ciudad de México, Monterrey (área metropolitana), Guadalajara (área metropolitana), Veracruz, Tijuana, Campeche, Villahermosa, Querétaro, Culiacán, Durango, Chetumal.
Hoteles en ubicaciones que ofrecen experiencias valiosas (pueblos mágicos, ciudades coloniales, playas, haciendas, spas) ubicados a menos de cuatro horas por carretera de masas críticas poblacionales. La principal masa crítica poblacional en nuestro país es la Zona Metropolitana del Valle de México.
Hoteles en destinos turísticos (sol y playa) con conectividad aérea nacional e internacional a ciudades generadoras de demanda, cuyo trayecto no sea mayor de cuatro horas (Los Cabos, Puerto Vallarta, Mazatlán y Cancún).
Hoteles en destinos que han promovido el turismo especializado, como el turismo médico (Tijuana, Mazatlán, Chihuahua, Cabo San Lucas, Monterrey, Ciudad de México).
Hoteles o cadenas independientes, en todo el país, que desarrollen la verdadera fórmula para recuperarse de cualquier crisis: ubicación estratégica, influencia local, bajos costos financieros, reducción de costos y gastos fijos, inversión inteligente en tecnología, estrategia comercial integral incluyendo acceso a los canales de distribución más productivos para la zona y tipo de hotel, y finalmente, el desarrollo de productos, procesos y servicios consistentes, diferenciados, valiosos e intencionales ¿Ejemplos de hoteles o cadenas con este potencial de recuperación? Hotel Gobernador en Durango, Hotel Clé en la Zona Rosa de la Ciudad de México, Hoteles Lucerna, Hoteles Araiza, entre otros muchos. Más allá de las macrotendencias, ubicar y entender el entorno social y económico en dónde se encuentra cada hotel, es imprescindible para definir su estrategia particular con el fin de recuperarse de la actual crisis.