¿Le recomendaría a un joven estudiar para hotelero?
Hace algunos días abordé el vuelo de Aeroméxico que me llevaría de la ciudad de México hacia Ciudad Obregón, tomé asiento al tiempo que saludaba a la señora que sería mi compañera de vuelo las siguientes dos horas.
Ella comenzó la conversación con el clásico:
-“¿Va a Obregón de trabajo?”
Respondí positivamente y de inmediato preguntó por mi modus vivendi, a lo que respondí orgulloso: “soy hotelero”.
-“¡Yo tengo una sobrina que estudió hotelería! Cuando acabó la carrera trabajó en Cancún, pero se casó y no ha vuelto a trabajar ¡Pobrecita!”.
Sólo atiné a poner cara de “mucho gusto” y me arremoliné en mi asiento como buscando a Morfeo hacia mis adentros, eran las 8:00 am y estaba muy desmañanado.
-“¿Usted estudió hotelería?” -preguntó la curiosa dama, y sin darme oportunidad de responder me dijo –“yo creo no hay muchachos que quieran estudiar esa carrera”.
Fue en ese momento que por fin pelé los ojotes y ahora fui yo quien le preguntó por qué. A lo que me respondió:
-“Pues porque a los hoteles les ha ido muy mal, ¿Quién quiere estudiar una carrera en una industria a la que le pegó tan duro la pandemia? Leí en el periódico que muchos hoteles han quebrado y que ya no habrá convenciones como antes” -terminando con la pregunta matona- “Usted ¿Le recomendaría a un joven estudiar para hotelero?”
Después de escucharla, respiré profundamente y respondí: “No sé. Depende”.
En ese momento me puse a pensar qué le diría a mi nieto, si me preguntara mi opinión acerca de estudiar o no hotelería… ¿Qué le respondería?
Le diría: “Mira Jelipillo Tercero…
- Viajar está en la naturaleza de los seres humanos sapiens desde que salimos de África hace 50 mil años. No vamos a dejar de viajar, ya sea por negocios, por placer, por aventura. Viajar, ver con tus propios ojos, experimentar lo distante en carne propia, es algo que nunca terminará.
- Satisfacer las necesidades de los viajeros es un gran negocio que se ha sofisticado y hecho complejo, por lo tanto, no sólo se trata de estudiar una carrera universitaria, sino que es, además, nunca dejar de estudiar. El hotelero que deja de estudiar, de prepararse, de leer de actualizarse, se estanca irremediablemente.
- Necesitas tener vocación de servicio. Es difícil saber si la tienes o no. Sólo te puedo decir que sabes que la tienes si te alegras infinitamente cuando ayudas o apoyas a otra persona, pero, sobre todo, si no conocías a esa persona.
- Viaja por el mundo antes de iniciar la carrera. Es más importante ser culto y conocer el mundo que comenzar la carrera joven. Viaja, viaja mucho, conoce museos, montañas, hoteles, restaurantes, prueba la comida de los pueblos que visites, metete a ellos, conoce su gente, interésate por sus costumbres.
- Si estudias en México debes trabajar durante la carrera. Es más importante la experiencia que las calificaciones en la boleta, o que la reputación de tu escuela.
- Al egresar debes dominar perfectamente el inglés. Es más importante un segundo idioma que las buenas calificaciones. En hotelería, un tercer idioma te da mejores opciones de trabajo que una maestría.
- Al terminar la carrera trabaja en el extranjero, aunque sea en puestos operativos (me refiero a puestos como garrotero, camarista, mozo, steward) pero que sea en lugares de gran reputación como en un crucero de Disney, en un hotel en Banff, o en un restaurante en Barcelona. Además, en cualquier puesto vas a ganar en una semana lo que ganarías como ejecutivo en un mes en México. Si no tienes apego por los frijolitos de tu abuelita (de la olla, negros con epazote) quédate allá y crece profesionalmente allá.
- Si inicias tu carrera en México y te ofrecen un puesto con un sueldo menor al que pagabas de colegiatura, no lo aceptes. ¡Claro! Siempre y cuando hayas seguido mis consejos.
- No es una carrera de “MMC” (mientras me caso), facilita y socialita. Debes tener inclinación y gustos por temas como estadística, matemáticas, finanzas, derecho, etc, es una de las carreras más multidisciplinarias que pueden existir.
- No es una carrera para estar de fiesta, ni para viajar, ni para conocer gente. Es una carrera en la que tomas en serio la diversión de los demás (trabajas mientras otros se divierten). Puede ser que nunca viajes, puede ser que no conozcas a más gente que a la de tu área. Lo que será siempre una constante es el gusto por servir”.
Estaba yo recreando la escena del yo abuelito, dando sabios y sinceros consejos a su nieto, cuando escuché de nuevo la pregunta:
“Usted ¿Le recomendaría a un joven estudiar para hotelero?”
Respiré profundamente y respondí: “No sé. Depende”.