La incertidumbre.
¿Alguna vez han tenido incertidumbre? ¡Bienvenidos a la raza humana!
La pregunta no es cómo evitar la incertidumbre, es inevitable. La pregunta que queremos responder ahora es si podemos reducirla cambiando ciertas actitudes.
Corría el año 1982, yo me encontraba trabajando en un crucero cuando un turista me platicó que antes de subirse al barco escuchó en un noticiero que una grave crisis económica azotaba al gobierno de López Portillo. Efectivamente, las noticias a nivel mundial pronosticaban una gran incertidumbre en el desarrollo económico de México.
Desde entonces, una constante en más de cuarenta años de mi vida laboral y personal ha sido la incertidumbre y continuará siéndolo en mi futuro, por lo que finalmente he llegado a ciertas conclusiones.
Tal vez sea poco lo que podamos hacer para combatir el calentamiento global, o para evitar una guerra nuclear, pero sí podemos reconocer qué actitudes alientan la incertidumbre y nuestra capacidad para adaptarnos a ella, en la medida en que la falta de certeza se encuentre en el ámbito de nuestro control.
Dudar de uno mismo. Esta actitud se alimenta principalmente de creencias erróneas que se tienen de uno mismo: “no soy bueno para hacer lo que se me encargó”, “no voy a poder”, “no estoy preparado”, “me falta”. Si no cree que sea bueno para tomar la responsabilidad sobre un nuevo reto ¿Por qué lo cree? ¿Qué le hace falta para ser bueno? ¿Qué apoyo necesita? ¿Quién le puede ayudar? Después de todo, algunas incertidumbres que usted tiene no son derivadas de la viruela del mono, sino de las dudas que tiene de usted mismo. Cambiar lo que cree de usted mismo sí está en su poder.
Preocuparse. Lo que está atrás de la preocupación es un intento de controlar el futuro, lo cual es inútil e imposible. Estar preocupado no soluciona problemas y sí los agrava ya que se activan las hormonas del estrés (cortisol, adrenalina y noradrenalina), causando una distorsión de la percepción, bloqueando la capacidad de pensar claro y de tener un comportamiento constructivo. La mejor manera de no preocuparse es poniéndose en acción, orientado sus esfuerzos a resolver los problemas reales que están bajo su responsabilidad (que no será la recesión mundial ni la guerra en Ucrania).
Las decepciones. Las decepciones de la vida hacen que se pierda la seguridad en uno mismo, bloquean la creatividad y no permiten ver las posibles soluciones a los problemas. Se dan después de que pusimos todo nuestro esfuerzo y talento en resolver algún problema y el resultado fue opuesto a lo esperado. El trauma causado por una decepción puede ocasionar que se evada un problema por miedo a fracasar nuevamente; su inseguridad a la hora de enfrentarlo o su decisión de no hacerlo le provocará una gran incertidumbre. Desbloquearse implicará eliminar todo prejuicio, preguntarse cuáles son los hechos concretos de cada problema y enfrentarlos como retos completamente nuevos.
El miedo. El miedo es inevitable. Sin importar que tan inteligente, talentoso, rico o poderoso sea, el miedo siempre estará presente en su vida. El miedo es esencial en la experiencia humana. El miedo lo acompañará siempre y será más intenso conforme se enfrente a situaciones nuevas o desconocidas: el crecimiento profesional, un ascenso o un cambio de ciudad causan miedo e incertidumbre. La clave está en saber manejarlo de tal forma que no se paralice. Mientras uno avance y se mueva, el miedo irá perdiendo fuerza. Debe tener el coraje de enfrentar sus miedos convirtiéndolos en una fuente de energía para seguir adelante.
La principal causa de la incertidumbre es nuestra incapacidad de predecir el futuro. Es normal dudar de uno mismo, también es frecuente estar preocupados aún de aquellos problemas que no tenemos, es probable que una decepción nos haga sentir que no seremos capaces de resolver los desafíos del futuro, es común que el miedo cale, a veces hasta los huesos; pero debemos aprender a sentirnos cómodos surcando esta tormenta peligrosa e impredecible que se llama vida.
Tenga confianza, no pierda la fe, le aseguro que, a la larga, la vida lo sorprenderá con resultados mejores de los que esperaba, se lo digo por experiencia.
¿Alguna vez han tenido incertidumbre? ¡Bienvenidos a la raza humana!