Falta de personal para trabajar en hoteles.
Satisfacer las necesidades fisiológicas y de seguridad.
SEGUNDA DE DOS PARTES.
La semana pasada expuse el tema relacionado con la insuficiencia de personal en el mercado laboral hotelero, sobre todo para ciertos puestos operativos y técnicos. Dije que es un problema extendido en muchas partes de México y que también se ha manifestado en otras partes del mundo. Hice un recuento de lo que sucedió durante la pandemia y los posibles caminos por los que súbitamente se desvanecieron nuestros colaboradores.
Dije también que hay muchas otras ofertas laborales, diferentes a la hotelería que ofrecen mejores percepciones y condiciones de trabajo, y que para igualarlas, o para mantenernos atractivos, tenemos en nuestra contra una inflación desenfrenada y, consecuentemente, el riesgo de no alcanzar las metas de una rentabilidad razonable.
Finalmente, ofrecí que en esta segunda entrega transcribiría algunas ideas y reflexiones que me han compartido colegas al respecto del problema.
En mayor o menor medida, la problemática es similar en todas las plazas en las que hay escasez de personal:
De acuerdo con este análisis, sí hay suficientes trabajadores en la mayoría de las plazas, pero éstos están en los hoteles de la competencia, o en otros centros del mercado laboral, por lo tanto, más importante que atraerlos es retenerlos; entendiendo que las estrategias para atraerlos están íntimamente ligadas con las estrategias para retenerlos.
Por otro lado, al escuchar las ideas y transcribirlas en el presente, descubrí que la jerarquía de las necesidades humanas propuesta por Abraham Maslow nos es de gran ayuda para entender el problema. Según Maslow, las personas buscan satisfacer sus necesidades en un orden inobjetable: primero las necesidades fisiológicas, después seguridad, afiliación, reconocimiento y por último autorrealización.
Quienes perciben sueldos menores de 7 mil pesos al mes, sobre todo si se trata de personas que son proveedoras únicas de su familia, tienen alto riesgo de no satisfacer tanto sus necesidades fisiológicas (alimentación, hidratación, limpieza, descanso, etc.) como sus necesidades de seguridad (laboral, de salud, económica, seguridad física, etc.). Un estudio reciente de la Universidad de Guadalajara determinó que “en una canasta básica indispensable de una familia de cuatro miembros (30 productos), que además incluye elementos como gel antibacterial y cuestiones de aseo personal y del hogar, el precio alcanza 10 mil 576 pesos” (https://bit.ly/3d33OzF). Esto sin considerar servicios como transporte, luz, agua, teléfono y renta.
Siguiendo la lógica de la jerarquía de necesidades de Maslow, producto de las diferentes ideas de mis colegas, la hipótesis que planteo es:
¿Es viable completar la plantilla y reducir la rotación significativamente, si a los candidatos que ganan menos de 7 mil pesos brutos al mes, y que no reciben propinas se les contrata con beneficios concretos para satisfacer sus necesidades fisiológicas y de seguridad para él y para su familia?
No incluiré las ideas comunes de reclutamiento como el perifoneo, el volanteo, el uso de redes sociales, los bonos por traer recomendados, uniformes, comedor de empleados, vales de despensa, fondo de ahorro, etc., ya que ese tipo de acciones son prácticas comunes de reclutamiento y retención en la hotelería. Se me puede criticar por mezclar estrategias de reclutamiento con estrategias de retención y tendrán razón, pero hacerlo así me permite plantear la hipótesis que expuse anteriormente. Se comprenderá mejor la perspectiva al analizar las siguientes ideas:
Al respecto de la lista de beneficios contenida en el párrafo anterior, quisiera advertir que los gerentes que me dieron estas ideas aplican una o máximo dos de ellas.
Repetimos que el encarecimiento de la nómina es de alto riesgo porque es muy difícil convertir la nómina operativa en gasto variable, por lo que los beneficios se deben enfocar en puestos de menores ingresos. Las siguientes implicaciones tendrán que gestionarse de manera inteligente:
El personal no incluido en una posible estrategia de beneficios como la mencionada, se beneficiará al tener cargas de trabajo más estables y al no tener que hacer encargos que no son propios de sus funciones (supervisor limpiando cuartos, por ejemplo).
Si tomamos en consideración la jerarquía de necesidades de Maslow, podríamos deducir que cuando nuestro personal cubre sus necesidades básicas (fisiológicas y de seguridad), deberemos de enfocarnos —ahora sí— en los salarios emocionales y mejorar sus sentimientos de afiliación y reconocimiento, poniendo en práctica todos los rollos teóricos que esgrimimos los que escribimos acerca de liderazgo.
El meollo del asunto está en mantener un índice de generación de ingresos mejor que el del set competitivo, sustentado en una calidad de producto y servicio que no sea cuestionado por nuestros huéspedes, por lo que resolver el problema en toda su dimensión deberá incluir el incremento de la tarifa efectiva anual por arriba de la inflación, y ya que esto no se puede hacer por consenso y acuerdo con los hoteles de la plaza, la solución es tomar el control y hacerlo a través de calidad y creación del círculo virtuoso anteriormente expuesto (ya dije: no son “enchílenme otras”).
Debemos estructurar nuestra estrategia financiera y operativa para dar al inversionista hotelero rendimientos razonables y a nuestros trabajadores una vida digna para ellos y su familia, satisfaciendo —antes que otra cosa— sus necesidades básicas, tanto fisiológicas como de seguridad.
3 Comments
Efectivamente mal pagado y los jefes empáticos con su personal no valoran lo uno hace
Es algo que tardará en cambiar pero yo ofrezco mis servicios de mantenimiento jefatura y enseñar a nuevos colaboradores como sobresalir y aprender como vivir con el ingreso y dejar enseñanza
El personal requiere tiempo con su familia, muchas camaristas han renunciado porque diario se quedaban a hacer habitaciones extra, que aunque eran pagadas, solamente querían llegar a casa (después de 2 o 3 horas de camino) a intentar descansar.
En los últimos años se dio un avance muy grande en las condiciones laborales en muchas industrias y lamentablemente la hoteleria se ha quedado muy muy atrás.
En pocas palabras, la gente aprendió el valor del tiempo y de la convivencia con su familia, prefieren ganar su sueldo base pero no quedarse horas extra o descansar solo 1 día a la semana. Prefieren buscar trabajo en otras industrias que tengan tal vez el mismo sueldo pero con mejores condiciones.