Por Felipe Ríos.
Éstas empresas se convirtieron en la fascinación de futurólogos y maestros de mercadotecnia quienes hemos definido el fenómeno como “disruptivo”, palabra que no dudo será agregada al diccionario de la lengua española (así lo hará, conociendo la frivolidad académica en la que ha caído en los últimos tiempos, quitando acentos a las palabras como sólo que ya no es sólo, ahora solo es solo; y aceptando barbarismos increíbles como la palabra güey, para la cual, la Real Academia Española define la interjección local mexicana: “¡álzalas, güey! para dirigirse a alguien que ha tropezado”). En fin.
Volviendo al tema que nos ocupa, en el fondo de lo que estamos hablando es de poder. En este nuevo siglo el poder está cambiando de manos, éste ya no se rige por las estructuras formales del pasado: gobierno, ejército, iglesia, empresarios, sindicatos, etc. El poder ahora está disperso, diluido, pulverizado en “micro-poderes” que retan todo ámbito de actividad humana.
AirBnB no forma parte de la industria hotelera, en su definición más simple son 2 millones de individuos que decidieron hospedar a otros individuos, “arreglándose” con ellos a través de una plataforma de comunicación basada en internet para tener ingresos económicos impensables que comparten con el creador de la plataforma y dueño del conocimiento.
Las personas que hospedan a otras personas a través de AirBnB sólo representan el 0.02% de la población mundial (7 mil millones). Y eso: ¿Es poca cosa? No, no lo es.
AirBnB supera en número de habitaciones a la oferta acumulada de los dos monstruos de la industria hotelera IHG y la fusión Marriot-Starwood (IHG +5000 hoteles y + 740,000 habitaciones y Marriot-Starwood +5500 hoteles y + 1.1 millones de habitaciones). Las revistas y periódicos lo hacen todavía más dramático cuando agregan “AirBnB la hotelera más grande del mundo y no son dueños de un solo hotel”.
Insisto: AirBnB no es una cadena hotelera, es una plataforma para que consumidores le compren a otro consumidor (“Ci tu Ci”), no es una cadena hotelera sino 2 millones de personas que quieren ganar algo de dinero con sus propiedades (casas, departamentos, cuartitos, cuartos de servicio, tapancos, etc.). Es un negocio pulverizado que no tiene la capacidad de competir con la industria hotelera. ¿Por qué?
Lo primero que debo decir es que la “disrupción” que AirBnB ha causado no es en los casi 200 países en los que ofrece habitaciones, sino en un puñado de barrios famosos del mundo. Por ejemplo, en Barcelona hay cerca de un millón de viviendas y 17,000 anuncios de AirBnB, ésta oferta no es ni el 2% de la oferta de vivienda, pero el problema es su concentración en 7 barrios en los que acumula más del 50% de su oferta. Otro ejemplo es el barrio de Marais en Paris, en donde durmieron más personas a través de Airbnb en el verano de 2014 que el número de vecinos que tiene la zona. La novedad es que, si el hotelero puede abusar de sus huéspedes con tarifas de cientos de dólares por experiencias que no valen la pena, estará abriendo la oportunidad para que muchos de sus vecinos renten habitaciones en sus casas a la mitad del precio, dando servicio al mercado de los que no encuentran, o los que no pueden, pero que se justifican con la máscara de “buscadores de experiencias”.
Los problemas que causa AirBnB están muy focalizados y de ninguna manera es un reto para la hotelería formal en su conjunto (no así para quienes deben regular el comercio y cobrar impuestos). Sólo diré tres de las que para mí, son las más poderosas razones:
El cliente de AirBnB debe compaginar con su casero. El casero tiene el genuino derecho de discriminar a quien él quiera meter a su casa. Aunque los medios de comunicación y comunidades intransigentes hagan escándalo cuando un propietario de una casa no quiera convivir (en su propia casa), con alguien con quien él no quiere convivir: porque quiere que a su inquilino le gusten los gatos, porque no le gusta desvelarse, porque no le gusta la fotografía de la posible inquilina, porque tiene prejuicios y traumas, o por lo que sea (inclusive el clásico: pssnomaaazzz). La hotelería formal NO discrimina.
Si eres huésped de AirBnB no sabes a qué te enfrentarás, y aunque cuentas con las reseñas de otros huéspedes, no sabes si ese día habrá luz, agua caliente o con qué pulcritud y profesionalismo se hará la limpieza de la vivienda y sus cucarachas. No sabes qué tipo de amenidades tendrá y más te valdrá andar cargando con tu jaboncito, la botellita de lysol y una botella de “casa y jardín”. Pero ¿Qué puede ser lo peor para un huésped de AirBnB? Me imagino que salir corriendo cuando se dé cuenta de “cositas” que pueden suceder (consumo de droga, prostitución, etc.), puede escribirlo en su reseña pero el susto nadie se lo va a quitar.
Por otro lado, habría que ver si el seguro del millón de dólares que ofrece AirBnB a sus clientes sirve para el caso en el que un huésped utilice la rente como “casa de seguridad”, para meter a un secuestrado o cometer un ilícito. La “mata viejitas” se veía taaaan amable.
En muchas ciudades del mundo AirBnB se ha convertido en el enemigo público número 1, en Barcelona las multas a los infractores pueden ser de hasta 90 mil Euros o se les puede pedir que cedan la vivienda hasta por 3 años para utilizarla con fines sociales. Precisamente la semana pasada se presentó una iniciativa de ley para controlar a AirBnB en Nueva York y todo parece indicar que será aprobada.
Que cada quien defienda sus intereses, la lucha por el poder es parte de la historia del mundo; que sea lo que sea pero AirBnB NO es hotelería, en el mejor de los casos, es la masificación de las casas de asistencia a través de la tecnología.
Hasta luego.
2 Comments
Muy buen articulo Don Felipe ! la autentica hotelería nunca podrá ser suplantada por este tipo de negocio de superficial. Quizá UBER si sea un buen modelo de negocios, pero la hotelería es mas que rentar una casa a través de un portal de internet. Airbnb no puede ni debe compararse jamás con un hotel de ninguna cadena. Los estándares de servicio, atención, detalles no son cosa que se compre por internet.
Saludos y buen día.
Atte,
Gabriel Sanelli C
Profesional y Ejecutivo Hotelero
¡Gracias pr tu comentario Gabriel! Los hoteleros debemos ser una fábrica de clientes repetitivos. Con esa visión tu hotel siempre será exitoso. ¡Saludos!